6. Agua, estaba ahí
Seguimos con la cita de Al-Himyari: [Awnaba] “Está abastecida de
agua por un acueducto, formado por arcadas de ancha abertura, que atraviesa
altas montañas. El agua es conducida hasta la parte más baja de la ciudad, y
sirve para el riego de una parte de sus jardines. No se sabe exactamente de
dónde viene esta agua.”
Hay que volver a citar el texto del Profesor Manuel José de
Lara Ródenas (Referencia 2, de entrada 2), respecto de los trabajos históricos
relacionados con el acueducto romano: “En esos años, entrado el siglo XVII, el
acueducto parecía abastecer satisfactoriamente de agua a la localidad. Lo
decimos porque, Cuando Caro [Rodrigo Caro] anduvo por tierras onubenses de
visita pastoral, hacia 1622, las galerías manaban de manera tan constante y
suficiente que, en 1634, en los comentarios sobre Huelva contenidos en su Chorographía,
el utrerano hacía esta elogiosa aseveración: “Ay una ermita un quarto de legua
del lugar, que llaman nuestra Señora de la Cinta, donde está una imagen muy
devota, y de muchos milagros; y cerca della ay un antiguo aqueducto, que por
debaxo de tierra da muy buena agua, y bastante a la villa”. Era la primera
alusión impresa al acueducto.>> (pp. 105, 106) Sigue este interesante texto
del profesor Lara, ya citado anteriormente, detallando las diferentes alusiones
históricas a la obra de ingeniería hidráulica romana durante los siguientes
siglos XVIII y XIX.
De estas indicaciones, el Sr. Lara extrae conclusiones como
estas: <<De diccionario en diccionario, el acueducto subterráneo se había
convertido en una referencia ineludible de Huelva, dándose la paradoja de que,
cuanto más presente estaba en la literatura geográfica e histórica, menos lo
estaba en la vida cotidiana de los habitantes de la villa y menos atención
práctica se le prestaba, siendo abandonado a un inevitable deterioro, cuando no
a un parcial desmantelamiento>> (obra citada, p. 112).
Y para concluir su aportación en la monografía:
<<El hueco dejado por Amador de los Ríos no es sólo
insustituible por cuanto, aunque escribió por encargo, a él se deben las obras
más voluminosas y minuciosas que dejó el positivismo histórico de Huelva, sino
también porque fue el último representante de esa manera sistemática de
examinar y tratar la información. Hubiera sido de extraordinaria utilidad que,
en cualquiera de sus obras principales sobre el patrimonio de la provincia
onubense, el autor hubiera mostrado por las galerías subterráneas de Huelva el
mismo interés que albergó por los monumentos eclesiásticos y los elementos más
significativos del caserío urbano. Pero no lo hizo.
En adelante, y nos referimos esencialmente ya al siglo XX,
las referencias al acueducto de Huelva irían apareciendo esporádicamente en las
páginas de algunos historiadores y cronistas que, pese al olvido mayoritario de
la población, estuvieron empeñados en reivindicar los elementos patrimoniales
más valiosos de la historia local. Hay que resaltar en ello la labor de Diego
Díaz Hierro, en cuyo archivo personal no faltaron los datos al respecto
extractados de los copiosos fondos de los archivos onubenses, en un tiempo en
que sólo él los exploraba. Luego, la conmemoración de los primeros 25 años de
existencia de la Empresa Municipal de Aguas de Huelva y la feliz iniciativa de
publicar un estudio multidisciplinar sobre el acueducto, El agua en la
Historia de Huelva, pusieron por fin de actualidad -y hasta ahora- la vieja
infraestructura subterránea de Huelva>> (p. 115).
Pues bien,
en este punto, enlazamos con la entrada 2 de este blog (2. La historia que empieza a
estudiarse).
Aquí nos volvemos a remitir al vídeo de Aguas de Huelva y a otros cuantos, más
o menos con el mismo objetivo de dar a conocer a un público ajeno lo que tenía
(y tiene) a su alrededor, sin ser consciente de su verdadero valor.
La historia de la Fuente Vieja aún se está estudiando y posiblemente sea objeto en un futuro, más o menos próximo, de algún descubrimiento o hallazgo arqueológico o histórico. Lo que se conoce está publicado, entre otros libros, en el que ya se ha mencionado de la UHU (ver figura 2 de la entrada 2 de este blog, Referencia 2). Pero la realidad, al menos hasta hace unos pocos años, es que este bien cultural, histórico y arqueológico estuvo casi completamente olvidado y abandonado, y siendo objeto de un general desconocimiento. La mayoría de la población onubense ignoraba la existencia de la denominada Fuente Vieja. Solo unos pocos grupos de personas relacionadas con la historia de la ciudad, así como con el turismo sabían de su presencia e importancia.
Figura 20. Vídeo del discurrir del agua de Fuente Vieja, publicado en la web Choco Tóxico del 8 de abril de 2010.
La realidad
era, y es, que el agua del acueducto (por ahora romano), estaba ahí, sigue estando
ahí, en un lugar que aún parece recóndito (y desconocido) para buena parte de
la gente de Huelva. Solo hay que esperar que su valor sea justamente reconocido
y que para su puesta en conocimiento general y acceso público, se tomen las
medidas adecuadas a su importancia, con independencia de consideraciones ajenas
a la cultura.
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