sábado, 15 de octubre de 2022

 33. Detalles (3).

    En una entrada anterior de este blog (31), ya se ha comentado la insistencia de la dirección facultativa de la obra por tener operativa la charca o reservorio para anfibios lo antes posible. Insistencia a la que la empresa constructora, por lo que fuese, hacía caso omiso. En las pequeñas charcas próximas al huerto ya había renacuajos desde antes de febrero de 2021, como en otras zonas más cercanas a la fuente. Los trabajos para hacer la charca o estanque se empezaron aproximadamente a mediados de marzo y terminaron a mediados de mayo. Si se hubiese hecho antes, al menos una buena parte de la colonia de renacuajos de estas puestas podía haber tenido una zona controlada para sobrevivir, pero no pudo ser. Viendo que los renacuajos corrían peligro de desaparecer, como así fue en diferentes ocasiones, por quedar sin agua las charcas o contaminarse de agua mezclada con restos de cemento, una de las personas del huerto, a finales de marzo de 2021, recogió un centenar de ejemplares en un recipiente, con la esperanza de poder salvarlos mientras se terminaba esa obra del estanque. La dirección técnica de la empresa fue informada de ello. Pero todo se retrasaba y los renacuajos no podían estar mucho tiempo más en un bidón de pintura, por lo que optó por llevarlos a su casa para intentar cuidarlos y que sobrevivieran el máximo de ejemplares posible; al cabo de unos tres meses fueron devueltos a su medio casi setenta de ellos (muchas gracias a Pablo Luna, Miguel Terrón y Anfibios ibéricos por su inestimable ayuda).

    Todas estas circunstancias relacionadas con la especie endémica del sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi), a pesar del empeño manifiesto de la dirección facultativa del proyecto, derivaron en una total insensibilidad por parte de la empresa constructora (ver entrada 31, figura 424), por lo que uno de los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Huelva (Mesa de la Ría), a primeros de mayo de 2021 elevó un escrito al alcalde denunciándolas. La respuesta del regidor fue derivar toda la responsabilidad a la dirección técnica de la obra, que, si bien es cierto que tiene parte de ella, no deja de ser una realidad que quien promueve la obra pública, en este caso el Ayuntamiento de Huelva, también la tiene y mucha, entre otras consideraciones, porque las “medidas de protección natural” brillaron por su ausencia. No obstante, esta denuncia sirvió para que un técnico funcionario del ayuntamiento se personara en la zona, fuera testigo de lo que había y, a partir de entonces, la empresa tomó algunas medidas paliativas como poner plásticos en zonas susceptibles de ser contaminadas con cemento.   

Figuras 449, 450 y 451.



Figuras 452, 453 y 454.


Figuras 455 y 456.



Figuras 457 y 458.

Figuras 459 y 460.

Figuras 461 y 462.

Figuras 463 y 464.

Figuras 465 y 466.



Figuras 467 y 468.
Metamórficos poco antes de ser devueltos a su medio.



Figuras 469 a 474.
Metamórficos ya en su medio.


Figuras 475, 476 y 477.
Plásticos para proteger el agua de posibles contaminantes de la obra.

Figura 478.
Panorámica desde el cabezo.

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