miércoles, 12 de octubre de 2022

 32. Detalles (2).

    “La mayoría de las cosas decepcionan hasta que miras profundamente” (Graham Greene). No cabe duda de que las obras de Fuente Vieja (y el Mirador del Conquero) han sido una gran decepción, una empresa constructora nefasta y una gestión municipal nefasta (¿cuántas visitas hacen los alcaldes a las obras públicas en curso?). Ahora la naturaleza tiene que recuperarse, tiene que volver a ser un lugar parecido a lo que fue. No es cuestión de apelar al dicho recurrente de mejores tiempos pasados, no, es cuestión de ver la realidad: un patrimonio arqueológico, “vivo”, en un entorno natural en pleno casco urbano. Si algo está de moda y lo practica con machacona y desacomplejada insistencia este gobierno municipal, es la “sostenibilidad”, el “medio ambiente”, pues en estas obras no se ha notado. Si hubiese apostado verdaderamente por ello, habría empezado por el principio: dotarlas de un presupuesto adecuado; alguien asesoró mal o no había demasiado interés: “Cruz afirmó que no sería una actuación costosa”.

    No es comprensible que no se hubiese caído en el detalle de incluir, no ya una partida para cuidar el medio natural durante las obras, que también, como el Sr. Cruz, alcalde de Huelva, adelantó, sino ni siquiera unos euros para un puñado de piedras o cantos rodados adecuados, para acondicionar mínimamente la charca o estanque para anfibios. Con todos sus laterales en vertical (hormigón o tierra) los sapos, adultos o no, tendrían gran dificultad para moverse libremente, sobre todo para salir del agua. Tuvo que ser otra vez cosa del voluntariado. De hecho, una vez terminada, un par de personas vecinas del barrio de Las Colonias, siguiendo las pautas dadas por un herpetólogo, hicieron un primer acondicionamiento con piedras, ladrillos, etc. (que han ido completando poco a poco) y colocaron una plancha de material aislante (costeada por ellos mismos) en una parte del estanque para evitar que con el tiempo se colmatase completamente de vegetación. Paulatinamente esto último ha ido sucediendo, pues desde el fondo de la represa y en función de las condiciones propias del terreno, han ido brotando diferentes plantas, que con el paso de los meses han ocupado toda su superficie, excepto donde se colocaron las planchas aislantes (y piedras), en la que la vegetación también ha brotado, pero de diferente manera.  

Figuras 425 y 426. 
Charca o estanque para anfibios acabado, llenándose de agua.

Figuras 427, 428 y 429. 
Charca o estanque para anfibios acabado, llenándose de agua.


Figuras 430 y 431.
Estanque para anfibios terminado de llenar de agua.


Figuras 432 y 433.

Figuras 434 y 435.
Primer acondicionado con ladrillos y otros materiales.


Figura 436.


Figura 437.


Figuras 438 y 439.
Zona de colocación de material aislante para evitar colmatado de vegetación.


Figuras 440 y 441.

Renacuajos llevados al estanque, comiendo.


Figuras 442 y 443.


Figuras 444 y 445.
La vegetación creciendo en el agua y alrededor del estanque.


Figuras 446 y 447.
Charca para anfibios en octubre de 2022.


Figura 448.
Panorámica desde el cabezo y ubicación aproximada del estanque para anfibios.


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