4. Montañas
En una obra del geógrafo árabe Al-Himyari se dispone por primera vez de una descripción de Huelva (“El acueducto de Huelva en los textos históricos y geográficos: el debate sobre su origen”, Manuel José de Lara Ródenas, UHU, Referencia 2). En este artículo se hace mención de un texto que <<no es posterior al siglo XV, que lo más probable es que se sitúe en torno a 1300 y que pudiera responder a noticias escritas en el siglo XII o incluso en el XI>> (p. 104).
El texto se refiere a lo que este geógrafo llamaba Awnaba:
AWNABA. – Huelva. Una de las ciudades que dependen de Gibraleón en al-Andalus. Es una ciudad defendida naturalmente: las montañas que la rodean no ofrecen más que pasos estrechos. Es antigua y se encuentran en ella vestigios antiguos. Está abastecida de agua por un acueducto, formado por arcadas de ancha abertura, que atraviesa altas montañas. El agua es conducida hasta la parte más baja de la ciudad, y sirve para el riego de una parte de sus jardines. No se sabe exactamente de dónde viene esta agua. Hay al Este de la ciudad una gran iglesia venerada por los habitantes, que pretenden que contiene los restos de uno de los Apóstoles. Sucede a menudo que se descubren hermosos vestigios cuando se hacen excavaciones en el suelo de esta ciudad”. (Referencia 4: Textos Medievales, 10. AL-HIMYARI: KITAB AR-RAWD AL-MI´TAR. Traducido por M.ª Pilar Maestro González, Valencia 1963. Versión digitalizada bajo licencia CC BY-NC-ND.).
Las personas no versadas en Historia u otras disciplinas académicas similares, al menos podemos sacar algunas breves conclusiones de ciertas palabras que el geógrafo árabe menciona: Montañas, antiguos vestigios y agua.
Haciendo un esfuerzo de imaginación, podríamos suponer cómo pudo
ser Huelva en tiempos pasados. Una ciudad defendida de forma natural gracias a
las montañas que la rodeaban con pasos estrechos. Montañas hoy reducidas de
forma considerable, tanto por el paso del tiempo como por los efectos de la
mano del ser humano. Obviamente esas “montañas” eran lo que hoy conocemos como
cabezos, que casi con toda seguridad, en épocas pasadas pudieron tener más
altura, pues los efectos de la erosión y sobre todo la acción humana los han
reducido a lo que hoy son. De hecho, una imagen que se conserva del siglo XVIII
puede ayudar en este ejercicio de imaginación, pues se aprecia lo que era el
puerto de Huelva y al fondo las figuras de las elevaciones montañosas, los
cabezos.
Figura 7. Puerto de Huelva en el siglo XVIII. Óleo sobre tabla
de 1830 de autoría desconocida. Tomada de Wikipedia (Referencia 5).
En relación a esta puerta y siguiendo con la UHU, en este
caso podemos escuchar las palabras de Juan M. Campos Carrasco, Catedrático de
Arqueología de la UHU, en una conferencia sobre ciudades romanas, en su
intervención centrada en ONOBA AESTUARIA. LA CIUDAD DE HUELVA EN ÉPOCA ROMANA, emitida el 7 de abril de 2022
(Referencia 6). Dicha puerta rememora “una puerta romana” y era el acceso a la
ciudad desde la zona portuaria. Además de ésta, supuestamente debieron existir
otras, coincidiendo posiblemente con las vaguadas que se formaban entre los
distintos cabezos (ver figura 9), dos de ellas existían con seguridad y la otra
era probable que existiese. De hecho, recientemente se han encontrado restos de
la situada al norte.
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