Mostrando entradas con la etiqueta UHU. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta UHU. Mostrar todas las entradas

sábado, 27 de abril de 2024

 45. Flora y fauna de Fuente Vieja (9). Sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi) - (2) 

    Ya se comentó en la entrada anterior (44. Flora y fauna (9). Sapillo pintojo ibérico (Discoglossus galganoi) - (1) que a raíz de la obras de urbanización y acceso a Fuente Vieja, la fauna de la zona se ha visto disminuida notablemente, tanto la de tierra como la de aire. Un ejemplo representativo de ello es el audio del video incluido en la entrada 20 de este blog: por ahora, esa gran cantidad de aves trinando al unísono ya no se ha vuelto a escuchar (era el mes de septiembre de 2015). La densidad vegetal ha cambiado a lo largo de estos años y la conducción del agua por un canal de cemento ha disminuido la humedad del entorno en general. Las condiciones para la vida del sapillo pintojo también han cambiado, en principio, de forma negativa, puesto que hay más superficie urbanizada que antes. Esta nueva situación facilita el acceso de personas, como de hecho así está siendo tanto de día como de noche con la iluminación, y supone un incentivo para visitar este patrimonio histórico. Obviamente, todo esto afecta negativamente a la vida natural de la flora y fauna del entorno, y en concreto, a la del sapillo pintojo, que a pesar de todas las circunstancias aún sobrevive en este entorno. Cabe recordar la incidencia directa sobre este anfibio y su medio ambiente que se produjo durante las obras (ver la entrada -Detalles 3- de este blog).

531. Algunos ejemplares adultos de Fuente Vieja.

532. Panorámicas de Fuente Vieja, con la superficie urbanizada y la iluminación.

    A pesar de todo y por fortuna, sobreviven ejemplares capaces de hacer puestas de huevos en algunos puntos concretos, que pueden pasar más o menos inadvertidas para la mayoría de la gente, pero no ya cuando las larvas eclosionadas se convierten en renacuajos. El acceso a Fuente Vieja en toda su extensión es completamente libre y dichas puestas están a la vista y accesibles a cualquiera. Una vez que el proceso de metamorfosis se va desarrollando, los anfibios necesitan espacio para moverse. Uno de estos lugares concretos de puestas es el canal antiguo entre la cámara y la represa, que reúne buenas condiciones para el proceso inicial de la vida de estos anfibios, pero presenta una clara limitación de espacio. Cuando los metamórficos empiezan a moverse en tierra y van creciendo de tamaño, tienen la opción de subir la rampa de la represa para llegar a un terreno ensolado, poco o nada apto para su supervivencia, pues coincide con el paso de las visitas. La otra opción que tienen es seguir el cauce del canal que les puede llevar hasta el estanque (los más afortunados) o hasta las piletas ubicadas en el tramo de pasamanos de la escalera.  


533. Puesta de huevos, eclosión de larvas y renacuajos.

534. Zona de la represa y canal antiguo.

    Por ahora, el voluntariado sigue actuando. Cuando los renacuajos están ya un poco crecidos, se están llevando desde este canal antiguo al estanque y a otras charcas elaboradas al efecto, para ampliar sus posibilidades de supervivencia. Esta misma operación se ha estado haciendo, incluso, desde varios puntos del canal de cemento, donde llegan arrastrados por la corriente desde la represa. Precisamente en el estanque atraen la atención de la gente y hay quienes los cogen por curiosidad y los sueltan, y también quienes lo hacen para llevárselos o incluso caen a tierra y mueren. Por otra parte, cuando llueve con fuerza, desde la represa y por el canal de cemento los metamórficos (y renacuajos) son arrastrados por la corriente y terminan encerrados en las piletas, donde si no son rescatados, sus posibilidades de supervivencia son muy escasas. Hay que tener en cuenta que se trata de una especie endémica que requeriría una atención especial para su debida protección.


535. Renacuajos para llevar al estanque y charcas.


536. Renacuajos en el estanque.

537. Algunas de las charcas hechas en el cauce del agua, entre el estanque y arqueta previa al alcantarillado.

538. Piletas.

539. Algunos de los metamórficos rescatados de las piletas y trasladados al estanque y/o charcas.

540. Algunos de los ejemplares metamórficos en el estanque, rescatados de las piletas.

    Esperemos que con el tiempo la naturaleza vaya ganando terreno y este rincón de Huelva recupere su encanto especial, con el atractivo de ser un patrimonio natural, junto con el histórico y cultural. Como indica en su interesante trabajo Álvaro Luna Fernández (*), habrá que confiar también en que las administraciones públicas hagan una gestión adecuada e integral de Fuente Vieja. Este paraje natural en pleno casco urbano, no hace mucho tiempo estuvo pletórico de vida, hasta el punto de que incluso sirvió para naturalizar zonas del Parque Moret con el traslado de renacuajos de sapillo pintojo a charcas construidas para anfibios. Los bienes públicos hay que fomentarlos, cuidarlos y protegerlos, tanto los arqueológicos, históricos y culturales, como los naturales y medioambientales.


541. Dos de las tres charcas parra anfibios que se construyeron en Parque Moret.


_____________________
(*) Álvaro Luna Fernández. Biodiversidad asociada al acueducto romano de Huelva. AQVA ONUBENSIS. El acueducto de Onoba Aestvaria. ONOBA monografías. UHU – 2020. Páginas 49 a 70. El texto, fruto de un trabajo de investigación in situ, incluye información del Sapillo pintojo ibérico encontrado en la galería del acueducto.

viernes, 2 de septiembre de 2022

 24. Reportaje fotográfico (8). Fuente Vieja durante 2018 y 2019.

    El transcurso de estos dos años fue parecido al de los dos anteriores. Si cabe, el abandono institucional fue mayor, posiblemente esperando el desenlace del futuro proyecto de restauración y puesta en valor de la Fuente Vieja con fondos EDUSI (ver entrada 21 de este blog). Mientras llegaba el “maná” EDUSI, el agua de las lluvias seguía produciendo erosiones que también empezaron a afectar al muro norte de la fuente, el agua se filtraba horadando el suelo y un voluntario intentó paliarlo en lo posible. Por lo demás, se volvió a atascar el caño de la fuente, en ocasiones por actos de vandalismo, taponándolo con piedras y otros objetos, así como por obstrucción producida por las raíces. La suciedad se acumulaba día tras día, que algunas veces era retirada por personas que formaron parte del grupo Voluntariado de Patrimonio Histórico Fuente Vieja (Huelva) y otras, por las mismas que la visitaban. La charca para anfibios construida en su día (ver entrada 20 de este blog) desapareció completamente.

    Como contrapunto a todo lo anterior, las visitas a la Fuente Vieja seguían produciéndose de forma más o menos regular. El interés por conocerla no decayó, todo lo contrario. Videos grabados por personas interesadas en difundir la Fuente Vieja eran compartidos por redes sociales. El ejemplo del grupo Voluntariado de Patrimonio Histórico Fuente Vieja (Huelva) fue secundado un fin de semana por otro grupo de personas que se reunieron para hacer trabajos de limpieza y achicado del agua atascada. Y desde la Universidad de Huelva se inició un estudio fotogramétrico para poner a disposición pública una visita virtual al acueducto romano. También cabe resaltar que al ir recuperándose la vegetación después de los trabajos de movimiento de tierra de la retroexcavadora, desbroce y limpieza, la colonia del sapillo pintojo ibérico de la zona, poco a poco empezó a hacerse más visible. En varios puntos, desde la misma fuente, sobre todo a partir de cuando se inundó, hasta cerca de la arqueta de desagüe al alcantarillado, se podían ver las puestas y grupos de renacuajos, además de ejemplares adultos, los cuales también encontraban refugio y lugar de expansión en el huerto.

    En 2019 se aprobó el “Proyecto de conservación, rehabilitación y valorización del patrimonio histórico, arquitectónico y cultural: urbanización y puesta en valor del mirador y entorno de Fuente Vieja. Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible de la ciudad de Huelva: Regeneración de su pulmón verde y social (EDUSI HUELVA PVPS)”.

Figuras 254, 255 y 256. Piedras en el desagüe y atasco.
Figuras 257 a 262. Atasco y suciedad.
Figuras 263 y 264
Figuras 265 y 266
Figuras 267, 268 y 269. Filtración de agua de lluvia
en el muro norte y surco para desvío del agua.
Figura 270. Surco para desvío de agua de lluvia.
Figura 271. Ubicación donde estaba la charca construida para anfibios 
por el grupo Voluntariado de Patrimonio Histórico Fuente Vieja (Huelva).
Figuras 272, 273 y 274. Puesta de huevos y renacuajos
de sapillo pintojo ibérico.

Vídeo de renacuajos de sapillo pintojo ibérico.

Figuras 275 y 276. Sapillo pintojo ibérico adulto.
Figuras 277 y 278. Sapillo pintojo joven y adulto.

Figura 279. Finales de 2019.
Figura 280. Fuente Vieja en diciembre de 2019.

Publicado por Dolochoquerita.





viernes, 26 de agosto de 2022

 23. Reportaje fotográfico (7). Fuente Vieja durante 2017.

    En el año 2017 no hubo diferencias significativas respecto al anterior, pero sí es cierto que alguna circunstancia obligó a intervenir al ayuntamiento. Igual que en la entrada 22 de 2016 y haciendo un ejercicio similar sobre aspectos positivos y negativos, el resultado general fue muy similar, hubo de todo un poco.

    Sobre aspectos positivos, se puede mencionar que, además de los estudios científicos ya existentes, se incrementó la intervención académica con trabajos multidisciplinares de la Universidad de Huelva. También se hizo una replantación de árboles con alumnado de un centro educativo acompañado por personal del Aula de la Naturaleza de Parque Moret. Las visitas guiadas e individuales no cesaron, incluso hubo excursiones promovidas desde distintos centros escolares. La charca construida en su día por el grupo de Voluntariado de Patrimonio Histórico Fuente Vieja (Huelva), para la conservación y protección del sapillo pintojo ibérico, dejó de parecerse lo más mínimo a la original hasta que desapareció completamente, a pesar de que una de las personas de dicho grupo hizo un intento de reconstrucción, que solo sirvió para acumular un mínimo de agua a modo de pequeña balsa para que el sapillo pintojo ibérico pudiera hacer puestas y que sobrevivieran el máximo de renacuajos posible. En el canal visible más próximo a la fuente sí se estaban reproduciendo, como en algunos pequeños charcos próximos al huerto. A final de año hubo una intervención municipal (Parques y Jardines), consistente en desbrozar la maleza del camino de acceso, que se estaba cerrando por la abundante vegetación, aprovechando ésta para modelar una entrada abovedada con el cañaveral y otros arbustos, que con el tiempo llegó a tener un sugerente atractivo natural. Buena idea para tenerla presente en el futuro.

      En cuanto a lo negativo, el vandalismo y los efectos de las inclemencias meteorológicas continuaron. Ya se ha comentado respecto de la charca, en cuanto al sapillo pintojo, que merece un capítulo aparte, también fue (y sigue siendo) continua víctima de vandalismo, cuando no de salvajismo. En las imágenes de este reportaje fotográfico se puede ver, además del atasco en el caño de desagüe de la fuente (producido por varios motivos), pintadas, suciedad, así como sustracción y rotura de rejas, que fueron repuestas posteriormente (la de la Fuente Vieja y la de la puerta del acceso al respiradero o spiramina existente en el cabezo).

Figuras 227 a 234, atasco, pintadas, suciedad y rejas sustraída una 
y rota otra, ambas repuestas.

Figuras 235 y 236, desbroce y reposición de cartel.

Figuras 237, 238, 239 y 240. Árboles replantados.

Figuras 241, 242, 243 y 244. Intento de reconstrucción de
la chara para anfibios.

Figuras 245 y 246. Sapillos muertos.

Renacuajos de sapillo pintojo ibérico.

Figuras 247, 248 y 249. Desatasco de la fuente e intervención
de la UHU.

Figuras 250 y 251. Trabajadores del Ayuntamiento 
de Huelva desbrozando el camino de acceso.

Figura 252. Fuente Vieja finales de 2017.

Figura 253. Visita guiada.

jueves, 30 de junio de 2022

 9. Un breve paréntesis para mirar atrás (2)

    Si las personas que vivían en este enclave del cabezo, disfrutaban del agua que proporcionaba la Fuente Vieja, existían otras zonas en las que al parecer se abastecían de agua de pozos.

    En efecto, tenemos indicios y pruebas de lo que fueron pozos de agua potable, que surtían del líquido elemente a quienes vivían por esas otras zonas de los cabezos.

    Nos remitimos de nuevo a la obra de la UHU, “AQUA ONUBENSIS EL ACUEDUCTO DE ONOBA AESTVARIA” (Figura 2, entrada 2), en el Capítulo 7, “Aqua Onubensis: captación y suministro de la ciudad de Onoba”, firmado por Javier Bermejo Meléndez y Juan M. Campos Carrasco. En este trabajo se plantea “una síntesis sobre el sistema de captación y suministro del líquido elemento en la ciudad de Onoba”.

    Entre otros detalles muy interesantes que invitamos a conocer leyendo esta publicación, se menciona la existencia de pozos de registro: “Además del conocimiento que sobre su trazado, actualmente desconocido, aporta este plano, en él se encuentran indicados hasta cuatro pozos de registro o Spiramina, lo que permite establecer la distancia media que había entre ellos.” (pág. 192).

    A continuación de esta frase, los autores del trabajo escriben lo siguiente: “Prácticamente, en el mismo momento de la elaboración del anterior plano, se produjo en las inmediaciones de los terrenos del Parque Moret el hallazgo de un nuevo ramal del acueducto. Como consecuencia de la realización de un pozo que conectase con la galería, la cual al parecer se conocía, parte del terreno cedió dejando vista un tramo de galería a una profundidad de unos 15 m, obra la cual se encontraba en un estado de conservación razonable.” (pág. 192).

    Continúan con su interesantísimo relato y siguen haciendo mención a diversos pozos, “…algunos de los cuales se encuentran comunicados de lo que todo parece indicar que son aperturas que han pinchado la antigua obra romana.” (pág. 195). 

    Este detalle del “pinchado” coincide con lo que se menciona en el texto reproducido en la entrada 3. Un poco de perspectiva histórica

… <<Sólo dos años duró esta abundancia pues a pesar de los esfuerzos tardíos del ayuntamiento, el acueducto se encontraba ya irremisiblemente dañado. En agosto de 1774, el ayuntamiento hacía constar en un acta la total sequedad de la fuente de la plaza de las Monjas y denunciaba las acciones de los propietarios de los cabezos del Conquero respecto de las lumbreras existentes en sus tierras, que utilizaban como pozos particulares.>>   

… <<Durante la segunda mitad del siglo XIX, la Diputación seguía recibiendo denuncias acerca de la forma en que algunos vecinos propietarios de huertas extraían el agua del acueducto por diversos pozos no autorizados, obstruyendo premeditadamente su curso, perjudicando así la afluencia hacía la fuente, lo que constituía el principal motivo del deterioro del acueducto.>>

    De esto puede deducirse que, posiblemente, muchos de los pozos existentes en las zonas próximas al cabezo (en este caso principalmente al del Conquero), fueron aprovechados por las personas que por allí vivían, valiéndose de las perforaciones ya existentes que pudieran corresponder con los pozos de registro o spiramina del acueducto subterráneo.

    Para verificar esta idea valga un ejemplo. En las imágenes 39, 40 y 41 puede verse la boca de lo que en su día fue usado como un pozo de suministro de agua para las personas que vivían en ese punto del cabezo. Está situado a la altura de la Ciudad Deportiva al este, y entre Plaza de los Dolores y Barriada del Carmen al oeste.





Figuras 39, 40 y 41. Las dos primeras son del año 2016 y la tercera (que no tiene la malla naranja) de marzo de 2022. En su día fue un pozo de agua de la casas que había en esa parte del cabezo (Chorrito Alto). Posiblemente sea una de las spiramina o pozo de registro del acueducto. Su situación coincide con una posible línea trazada de la galería del acueducto subterráneo desde el Santuario de la Cinta, hasta la Fuente Vieja, o incluso hasta la Plaza de San Pedro (F.O.)


    Y una spiramina ya contrastada que es visible aún y que está precedida por una galería de acceso, inclinada desde la superficie hasta la boca del pozo, es la que existe en una vaguada del cabezo del Conquero, orientada al oeste cerca de la Fuente Vieja y del bar mirador Mandala (figuras 42, 43 de febrero 2021, 44 y 45 de abril 2015, F. O.).





jueves, 23 de junio de 2022

 6. Agua, estaba ahí

Seguimos con la cita de Al-Himyari: [Awnaba] “Está abastecida de agua por un acueducto, formado por arcadas de ancha abertura, que atraviesa altas montañas. El agua es conducida hasta la parte más baja de la ciudad, y sirve para el riego de una parte de sus jardines. No se sabe exactamente de dónde viene esta agua.”

Hay que volver a citar el texto del Profesor Manuel José de Lara Ródenas (Referencia 2, de entrada 2), respecto de los trabajos históricos relacionados con el acueducto romano: “En esos años, entrado el siglo XVII, el acueducto parecía abastecer satisfactoriamente de agua a la localidad. Lo decimos porque, Cuando Caro [Rodrigo Caro] anduvo por tierras onubenses de visita pastoral, hacia 1622, las galerías manaban de manera tan constante y suficiente que, en 1634, en los comentarios sobre Huelva contenidos en su Chorographía, el utrerano hacía esta elogiosa aseveración: “Ay una ermita un quarto de legua del lugar, que llaman nuestra Señora de la Cinta, donde está una imagen muy devota, y de muchos milagros; y cerca della ay un antiguo aqueducto, que por debaxo de tierra da muy buena agua, y bastante a la villa”. Era la primera alusión impresa al acueducto.>> (pp. 105, 106) Sigue este interesante texto del profesor Lara, ya citado anteriormente, detallando las diferentes alusiones históricas a la obra de ingeniería hidráulica romana durante los siguientes siglos XVIII y XIX.

De estas indicaciones, el Sr. Lara extrae conclusiones como estas: <<De diccionario en diccionario, el acueducto subterráneo se había convertido en una referencia ineludible de Huelva, dándose la paradoja de que, cuanto más presente estaba en la literatura geográfica e histórica, menos lo estaba en la vida cotidiana de los habitantes de la villa y menos atención práctica se le prestaba, siendo abandonado a un inevitable deterioro, cuando no a un parcial desmantelamiento>> (obra citada, p. 112).

Y para concluir su aportación en la monografía:

<<El hueco dejado por Amador de los Ríos no es sólo insustituible por cuanto, aunque escribió por encargo, a él se deben las obras más voluminosas y minuciosas que dejó el positivismo histórico de Huelva, sino también porque fue el último representante de esa manera sistemática de examinar y tratar la información. Hubiera sido de extraordinaria utilidad que, en cualquiera de sus obras principales sobre el patrimonio de la provincia onubense, el autor hubiera mostrado por las galerías subterráneas de Huelva el mismo interés que albergó por los monumentos eclesiásticos y los elementos más significativos del caserío urbano. Pero no lo hizo.

En adelante, y nos referimos esencialmente ya al siglo XX, las referencias al acueducto de Huelva irían apareciendo esporádicamente en las páginas de algunos historiadores y cronistas que, pese al olvido mayoritario de la población, estuvieron empeñados en reivindicar los elementos patrimoniales más valiosos de la historia local. Hay que resaltar en ello la labor de Diego Díaz Hierro, en cuyo archivo personal no faltaron los datos al respecto extractados de los copiosos fondos de los archivos onubenses, en un tiempo en que sólo él los exploraba. Luego, la conmemoración de los primeros 25 años de existencia de la Empresa Municipal de Aguas de Huelva y la feliz iniciativa de publicar un estudio multidisciplinar sobre el acueducto, El agua en la Historia de Huelva, pusieron por fin de actualidad -y hasta ahora- la vieja infraestructura subterránea de Huelva>> (p. 115).

    Pues bien, en este punto, enlazamos con la entrada 2 de este blog (2. La historia que empieza a estudiarse). Aquí nos volvemos a remitir al vídeo de Aguas de Huelva y a otros cuantos, más o menos con el mismo objetivo de dar a conocer a un público ajeno lo que tenía (y tiene) a su alrededor, sin ser consciente de su verdadero valor.

    La historia de la Fuente Vieja aún se está estudiando y posiblemente sea objeto en un futuro, más o menos próximo, de algún descubrimiento o hallazgo arqueológico o histórico. Lo que se conoce está publicado, entre otros libros, en el que ya se ha mencionado de la UHU (ver figura 2 de la entrada 2 de este blog, Referencia 2). Pero la realidad, al menos hasta hace unos pocos años, es que este bien cultural, histórico y arqueológico estuvo casi completamente olvidado y abandonado, y siendo objeto de un general desconocimiento. La mayoría de la población onubense ignoraba la existencia de la denominada Fuente Vieja. Solo unos pocos grupos de personas relacionadas con la historia de la ciudad, así como con el turismo sabían de su presencia e importancia.

Figura 20. Vídeo del discurrir del agua de Fuente Vieja, publicado en la web Choco Tóxico del 8 de abril de 2010.


    La realidad era, y es, que el agua del acueducto (por ahora romano), estaba ahí, sigue estando ahí, en un lugar que aún parece recóndito (y desconocido) para buena parte de la gente de Huelva. Solo hay que esperar que su valor sea justamente reconocido y que para su puesta en conocimiento general y acceso público, se tomen las medidas adecuadas a su importancia, con independencia de consideraciones ajenas a la cultura.


jueves, 9 de junio de 2022

 3. Un poco de perspectiva histórica  

    Para trazar una perspectiva histórica de esta obra de ingeniería hidráulica, parece que habría que trasladarse al siglo I d. C. La urbe romana ubicada en lo que hoy es Huelva, el centro urbano principalmente, estaba experimentando <<el relanzamiento de la industria pesquera y de salazones que, aunque ya existía en periodos anteriores, tiene un notable incremento, convirtiéndose en la base de su economía>>. (“Notas sobre la historia y funcionamiento del acueducto romano de Huelva”, Boletín número 6 del 15MHuelva, noviembre 2012. Referencia 3).

Como es natural, para esta industria de la salazón, así como para el uso doméstico entre otras necesidades que podemos tener en mente, era necesario disponer de una amplia red de distribución de agua. Como atestiguan los restos encontrados en excavaciones arqueológicas en diversas partes de la ciudad, debieron de existir canalizaciones de diversos tipos para llevar el agua a las diferentes partes de la ciudad, para satisfacer las necesidades industriales, agrícolas y domésticas.

Por ejemplo, <<en los restos de fábrica de salazones encontrados en la calle Palos número 3, se hallaron restos de tuberías de plomo insertas en una canalización de ladrillos, que deberían nutrirse del agua del acueducto>>. (Referencia 3. Boletín número 6 del 15M Huelva citado).


Figura 6. Ilustración ideada del funcionamiento del acueducto y su posible trazado. “El Agua de Huelva". Ayuntamiento de Huelva.

En el trabajo titulado “Contexto hidrogeológico de los cabezos de Huelva y el antiguo sistema de abastecimiento de agua”, firmado por Manuel Olías Álvarez, Ana Rodríguez Cárdenas y Juan Andrés Adame Domínguez de la UHU (figura 2 de la entrada 2 de este blog), se explica pormenorizadamente, entre otros aspectos técnicos como la calidad y cantidad de agua que mana de la fuente, el proceso de captación, filtración y distribución del agua por el acueducto. En los controles de caudal de agua, se llegó a tasar la cantidad de 43.000 litros diarios, como caudal medio entre febrero de 2018 y enero de 2019.

<<A finales del siglo XVII, el ayuntamiento de Huelva aludía a la falta de agua general y al deterioro de un acueducto cuyas galerías y lumbreras habían carecido de la limpieza y regular retirada de escombros. Así, desde 1671 a 1691, por falta de recursos municipales, el acueducto había quedado abandonado a su suerte. No tenemos noticia de que se obligara a los propietarios de las tierras de los cabezos del Conquero a quitar y desenraizar las viñas y árboles plantados sobre la vertical del acueducto. Sólo en 1772, un siglo después, se llegó a intervenir contra dichos propietarios.

Como consecuencia del terremoto ocurrido en 1755, las galerías del acueducto se vieron sensiblemente afectadas, produciéndose una paulatina disminución del caudal de la Fuente Vieja, de modo que se hizo necesario buscar otras formas sustitutorias de abastecimiento.

La noticia del colapso del acueducto subterráneo cruzó incluso el Atlántico y llegó a oídos del presbítero natural de Huelva Diego Márquez Ortiz, primer capellán, vicario y juez eclesiástico de San José de Yuscarán, en Honduras, que decidió velar por la cañería onubense y legar para su reparación un total de 2.000 pesos. En 1772 el cuñado del presbítero dirigió los trabajos de reconocimiento de las galerías del acueducto y reconstruyó las partes deterioradas, limpió de barro y tierra todo el cañón de la conducción, arregló las lumbreras, devolvió la corriente a la fuente de la plaza de San Pedro, desde allí partía un caño que surtía el convento de religiosas Agustinas, por lo que hoy es la calle Tres Agosto, y desde allí la condujo por tuberías hasta una flamante pila de mármol con sus caños de bronce situada en la plaza de San Juan, ahora llamada Plaza de las Monjas.

Gracias al dinero de Diego Márquez y al frenético trabajo de su cuñado, la galería volvió a conducir agua al casco urbano de la villa después de casi veinte años y el ayuntamiento tomó plena conciencia, si es que no la tenía ya, de la verdadera entidad de la cañería subterránea.

Lo cierto es que tanta abundancia tenía en 1772 la fuente de la plaza de San Pedro que el agua rebosaba de la pila y circulaba (es de suponer que canalizada) por varias calles de la villa, constando en un acta capitular del ayuntamiento que el agua ‘se derrama y corre por las calles en bastante caudal, de forma que, sin dispendio alguno, los vecinos pobres por donde pasa dicha agua la recogen en sus casas y usan de ella para bebida y aseo de sus ropas y la sobrante la utilizan varios hortelanos para la crianza de sus legumbres’. 

Sólo dos años duró esta abundancia pues a pesar de los esfuerzos tardíos del ayuntamiento, el acueducto se encontraba ya irremisiblemente dañado. En agosto de 1774, el ayuntamiento hacía constar en un acta la total sequedad de la fuente de la plaza de las Monjas y denunciaba las acciones de los propietarios de los cabezos del Conquero respecto de las lumbreras existentes en sus tierras, que utilizaban como pozos particulares.

Durante todo el siglo XVIII (así como durante casi todo el siglo XIX y parcialmente en las primeras décadas del siglo XX), el acueducto fue el soporte fundamental del suministro del agua de Huelva y, si bien la fuente de la plaza de San Pedro y la de la plaza de las Monjas presentaron en adelante frecuentes intermitencias, la Fuente Vieja siempre mantuvo el foco de agua más caudaloso y constante con el que pudo contar la localidad hasta fechas relativamente recientes.

Por eso, no parece desproporcionado afirmar que el acueducto subterráneo de Huelva fue la obra de infraestructura más sólida, singular y de mayores alcances con la que contó la ciudad y sin duda, por la importancia del abastecimiento que aseguró, la más insustituible.

A principios del siglo XIX, el abastecimiento fundamental de la población continuaba procediendo de las aguas del acueducto que venían a desembocar en la Fuente Vieja. En 1828, ante la bajada del caudal de la Fuente Vieja, desde el ayuntamiento se dictaron las órdenes expeditivas: bajo multa de cuatro ducados, los aguadores sólo podrían tomar su carga desde la salida del sol hasta las nueve de la mañana, quedando a partir de esa hora la fuente para uso exclusivo de los vecinos que acudiesen a ella sin ánimo de lucro. Con estas medidas se pretendía, por un lado, regular el consumo de una sustancia tan vital y escasa como el agua y, en segundo lugar, evitar la especulación en un abastecimiento que se estaba convirtiendo en un auténtico negocio para los aguadores.

A tal respecto, la Fuente Vieja se estaba convirtiendo en un foco de enfrentamientos y disturbios entre quienes acudían para su propio abastecimiento y quienes lo hacían como negocio. Así, el ayuntamiento se vio obligado a establecer un guarda en la Fuente Vieja para que cuidara del aseo y limpieza de la misma y evitase todo desorden que pudiera ocasionarse.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la Diputación seguía recibiendo denuncias acerca de la forma en que algunos vecinos propietarios de huertas extraían el agua del acueducto por diversos pozos no autorizados, obstruyendo premeditadamente su curso, perjudicando así la afluencia hacía la fuente, lo que constituía el principal motivo del deterioro del acueducto.

Ahora bien, no todas las carencias del suministro podían atribuirse a estos comportamientos ilegales. También resultaba responsabilidad del ayuntamiento el no acometer periódicamente las obras de limpieza y mantenimiento, pues nunca existieron en el municipio partidas presupuestarias regularmente dedicadas a la conservación de las galerías y cañerías.

En el último cuarto del siglo XIX, precisamente cuando la población empezaba a despegar al calor del desarrollo minero de la provincia y sus necesidades cuantitativas y cualitativas aumentaban exponencialmente, las fuentes se habían ido secando progresivamente: primero, la de la plaza de las Monjas, después la de la plaza de San Pedro, cuyo depósito hubo de ser abierto para poder acceder directamente al agua. Naturalmente, esta dramática merma del suministro debió ir acompañada de un grave deterioro de la calidad del agua y, en muy corto plazo, acabaría repercutiendo sobre el estado de salud general de los onubenses. Bien podría atribuirse al deficiente funcionamiento del acueducto la sorprendente elevación de la mortalidad provocada por las enfermedades digestivas, sin duda, directamente relacionadas con la potabilidad de las aguas.

Esta dramática situación llevó a que se tomaran iniciativas municipales tendentes a la restauración del acueducto para recuperar convenientemente el flujo de agua en las fuentes públicas de la ciudad. Estas medidas resultaron eficaces y en el año 1894 hay constancia de que el agua volvía a manar abundantemente en la fuente de la plaza de San Pedro y gracias a esta abundancia de agua, un par de años más tarde, se construyeron otros dos surtidores en la calle Puerto y en la plaza de San Francisco. Los medios de comunicación de entonces reclamaban atención y limpieza para el acueducto, y reconocían que éste se había convertido para los onubenses en algo desconocido y misterioso.

A punto de encarar el siglo XX, la ciudad de Huelva poblada ya por más de 20.000 habitantes, requería bastante más caudal del que podía recoger y conducir el viejo acueducto del Conquero. Éste podría cubrir, en el mejor de los casos, parte del suministro doméstico, pero la realidad es que una ciudad en expansión, ansiosa de progreso y con proyectos de futuro necesitaba una red de abastecimiento mucho más compleja y moderna.

Con el suministro domiciliario del agua, el acueducto cayó en el más absoluto olvido, ignorando injustamente el servicio que prestó a la ciudad durante casi dos mil años.>> (Referencia 3. Texto literalmente reproducido del Boletín 6 del 15M Huelva citado).


sábado, 4 de junio de 2022

 

2.  La historia que empieza a estudiarse.

    El libro al que pertenece el texto de la entrada anterior es obra de un vecino de Huelva, más concretamente del barrio de Las Colonias, justo donde está ubicada la Fuete Vieja. José Manuel Gómez Baena nació en Huelva el año 1936 y trabajó en el Banco Hispano Americano de esta ciudad hasta jubilarse. Escribe como aficionado y como tal, se decidió a escribir esta novela para contribuir a que la población onubense empezase a conocer un poco más su historia. En ella plasma lo que él ha ideado que pudiera haber sido el proceso de construcción de "una grandiosa obra que ha perdurado en el tiempo, y después de más de dos mil años aún sigue dando su testimonio de vida…". (“El buscador de agua”, Referencia 1, de la entrada 1. El agua es el origen, el principio).

Años atrás y en ámbitos especializados, la Fuente Vieja era una parte correspondiente al conjunto arqueológico de Huelva, en o pendiente de investigación arqueológica. En función de las iniciativas administrativas se ha ido avanzando conforme a las circunstancias o procedimientos pertinentes. En ese marco dependiente de las administraciones correspondientes, en 2017 se contemplaba el estudio y análisis del acueducto (Referencia 2):

El plan general de investigación de la zona arqueológica de Huelva: El acueducto romano”. J. Bermejo Meléndez, Juan M. Campos Carrasco. Publicación Aqua Onubensis, el Acueducto de Onoba Aestvaria. UHU. Onoba monografías. 2020).

 

👈  Figura 2. Portada de la publicación de la UHU. “AQVA ONUBENSIS”.


    En esta interesante publicación académica se detalla prácticamente todo lo que se había estudiado hasta la fecha de su publicación, en espera de otros posibles resultados de posteriores investigaciones.

    Quien tenga verdadero interés en conocer detalles arqueológicos, históricos, geográficos, hidrogeológicos y hasta de biodiversidad asociada al acueducto romano, puede consultar este libro totalmente recomendable. Gracias a los trabajos de campo efectuados desde las diversas perspectivas mencionadas, podemos conocer importantes detalles y obtener una información integral de este patrimonio histórico y cultural onubense.

    Respecto a la cámara que actualmente conocemos como Fuente Vieja, se sabe que existe una galería a partir de la cual se identifican dos tramos denominados norte y sur (a izquierda y derecha, respectivamente de la figura 1 de la entrada anterior: 1. El agua es el origen, el principio). La primera es accesible en unos 20 metros y la segunda puede recorrerse hasta 125 metros. Esta galería partiría desde las inmediaciones del santuario de la Cinta y seguiría hasta el cabezo de San Pedro. Además de ésta, debieron existir otras en sus laterales a modo de ramificaciones que desembocarían en la galería o arteria principal que es la que desembocaba en la urbe para abastecimiento industrial y de la población.

    En este vídeo publicado en 2013 por Antonio Pino Rengel (figura 3), realizado por la empresa Aguas de Huelva con el equipo de rescate Bomberos de Huelva (posiblemente en 1996), además del entorno donde está ubicada la Fuente Vieja, puede comprobarse el recorrido que hicieron por una de dichas galerías, la sur concretamente, así como el estado en el que se encontraba en esas fechas, además de los interesantes detalles de esta construcción hidráulica.



                                             Figura 3. Vídeo de Aguas de Huelva


    Ilustraciones de las galerías. A la izquierda la galería norte y a la derecha, la galería sur. (Imágenes tomadas de la web La Hornacina. La Fuente Vieja de Huelva. El Choco Tóxico.). Estas galerías tienen un ancho de menos de 50 centímetros y una altura aproximada de 1,25 metros.

    El agua que llega a la cámara y sale al exterior no procede de manantial alguno, como mucha gente aún cree. Es un acuífero producto del drenaje de agua de lluvia, que se filtra por las tierras del cabezo y estos canales o galerías la recogen. (Ver Figura 6 de la próxima entrada). Actualmente, la mayor parte del caudal que sale por esta cámara, procede de la galería sur.



Figuras 4 y 5. Galerías norte y sur, respectivamente





48. Flora y fauna de Fuente Vieja (12). Olmo. En la entrada 37 de este blog ya se hizo una referencia a la olmeda de Fuente Vieja, cuyas lá...